REFLEXION

PUEDEN ACUSARME DE HABER FRACASADO; PERO NUNCA DE NO HABERLO INTENTADO

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miércoles, 24 de noviembre de 2010

REVOLUCIONARIO… ¡esa palabrita!



Algunos pacientes lectores, habrán observado que en los relatos sobre RAUL SENDIC, intenté poner  especial interés en destacar  pequeñas cosas sobre él  que no eran conocidas por muchos, y en algunos casos, solo por mí.
Me ocurrió que estaba preocupado porque “esas cositas” no se perdieran, ya que los años marcan un rumbo cierto, y el mío empezó  como a decirme a la oreja: ¡dale loco! ¡dale ahora!
Para no aburrirlos diré que acepté el desafío, y… ¡sorpresa!
Me encuentro  con una nueva oportunidad.
 ¡Y uno no es quien para andar despreciando! (como decía JUCECA).
Y se me ocurrió que sin dejar de relatar  pequeñas cosas de ESE GRAN HOMBRE, me voy a poner también en el lugar del lector. O sea sacando alguna conclusión que otra. La idea original no era esa, pero… las cosas cambian.
Permanentemente cambian, y nosotros también.
Pero si tenemos en cuenta lo que fuimos aprendiendo, trabajosamente, de la peor forma, y a veces con mucho dolor y sufrimiento, es muy probable que al mirar atrás, podamos sentirnos  satisfechos  por el camino recorrido. Y hasta puede caber un poquito de orgullo personal. Eso no es malo. ¡Vimos tanta cosa, tantas actitudes, tanto dolor, TANTO HEROISMO!
Porque vivimos, ¡esa es la palabra justa!, vivimos una época dura si las hubo, y la sobrevivimos.
Porque sabíamos cómo era la cara de los HÉROES. Porque eran nuestros compañeros y estaban a la vuelta de la esquina.
No era una cara dura ni con gestos extraños como nos quieren hacer creer los escultores. No.
Era una cara amable, sonriente y bondadosa. Nunca vi tristeza o preocupación en ellas. Salvo cuando nos dábamos noticias malas. Así nomás, despacio y sin alarma.
Pero ahí si se reflejaba el dolor. CAYÓ FULANO. MATARON A MENGANO….
Ese minuto de silencio no se anunciaba… y después… había que seguir.
Y seguíamos. Siempre seguíamos.
Y hoy nos sentimos orgullosos de haber seguido. Nos sentimos orgullosos de haber estado a la altura que debía estarse. No quedaba otra.
Hoy tampoco queda otra. No podemos perder en la bajada lo que ganamos en repecho.
 Pero… Parece que eso nos les preocupa a todos. Uno lee noticias y no lo puede creer.
¡Cosas veredes Sancho!          Entonces uno piensa…
¿Cómo pudimos haber estado en lo mismo, pensando y actuando tan diferente?
Por eso viene a cuento la famosa carta del CHE luego de visitar la Unión Soviética (creo que por 1963) en la que queda estupefacto por el rumbo que tomó la REVOLUCIÓN DE OCTUBRE. No la tengo a mano, pero dice más o menos que “la revolución perdió el rumbo, y cuando esto ocurre, debe hacerse lo que cualquiera hace:
VOLVER AL PRINCIPIO”. Ya entreveía el desastre.
Eso no se aprende en los libros. ES SENTIDO COMÚN. Por eso, no pecaremos de obsecuentes si VOLVEMOS AL PRINCIPIO, al momento mismo que sentimos como tantos, que era de justicia hacerle sentir a los que mataban estudiantes en la calle, y obreros en las esquinas con total IMPUNIDAD, lo que ocurre cuando les chiflan las balas a ellos.
No estábamos preparados para eso, pero no nos quedaba otra. Y lo hicimos.
En mi caso, RAÚL SENDIC fue mi brújula. No me equivoqué. Porque lo que me atrajo de él, fue que VOLVIÓ AL PRINCIPIO. Renunció a todo.
Podía haber sido diputado (se lo propusieron) pero prefirió irse al norte. A lo profundo de los montes donde estaban las personas más desprotegidas del país. En total desamparo,  sin saber que hacer para subsistir cada día. Y agarró un machete y se puso a la par de ellos.
Venció su desconfianza con humildad y persistencia. Y los fue convenciendo con palabras muy sencillas, a la altura de cualquiera. Cuenta Chifflet, que en un alto de una extenuante jornada, se puso a conversar con un peludo muy desconfiado. No exento de  ironía le preguntó en que había trabajado antes. “Era estudiante, le dijo” y así siguieron un rato, hasta que dejó plantada una “semillita”. “Que me cuenta, todavía que ellos hacen las leyes, NO LAS CUMPLEN”
Ese “peludo” se acordaba de eso, muchos años después, diciendo que fue la primera vez que lo “hicieron pensar”. PORQUE SER REVOLUCIONARIO ES HACER PENSAR. No fue a dar cátedra.
Hoy que no está y nos hace tanta falta, sigue haciéndonos pensar, y nos sentimos en falta cuando nuestras pequeñas miserias nos abruman, o hacemos “la fácil”.
Me pregunto si quienes usan tan seguido  “la palabrita”, saben lo que REALMENTE significa.
RICARDO INFANTE CAMINAL
Los dejamos  con este relato-vivencia  de Infante  “Prioridades” en dos partes Viglietti 1 y 2, donde detrás  de las palabras están los hechos, que son los que forjaron esta historia, la que a Raúl le importaba , ,  donde el hacer es más que el decir ; no la de los biógrafos, o su biográfia; sino “la historia”  esa amiga que nos une a los compañeros, mas allá de montones de palabras-
Salú Posta

TOMADO DE POSTA PORTEÑA

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