REFLEXION

PUEDEN ACUSARME DE HABER FRACASADO; PERO NUNCA DE NO HABERLO INTENTADO

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HAMBRE EN ARGENTINA (PARTE II)

                                            

La "Operación Rescate" iniciada en la última semana de noviembre de 2002 en Tucumán por la esposa del presidente Duhalde, para solucionar el problema de desnutrición de al menos 12.000 niños, coincidió con las pujas políticas con vistas a las elecciones de abril de 2003 y, mientras los niños seguían muriendo de hambre y desnutrición,  los dirigentes políticos seguían lanzándose acusaciones entre ellos y la población, a su vez, lanzándoles acusaciones a ellos, casi sin distinciones. Las elecciones las ganó el gobernador de Santa Cruz Néstor Kirchner fallecido esta misma semana.

"La culpa de la situación no la tienen los pobres", dijo entonces el INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria), hoy, ocho años después, los pobres siguen siendo las víctimas... ¿dónde están los responsables?




                                           


ARGENTINA: MUEREN 200 NIÑOS EN MISIONES POR DESNUTRICIÓN EN 2010. OTROS 6.OOO ESTÁN CERCA DE LA MUERTE.
Publicado en Facebook por: Prensa Nacional

«Un total de 206 niños murieron en 2010 en la provincia de Misiones por desnutrición y otros 6.000 están al borde de la muerte por la misma causa. El fallecimiento por desnutrición puso nuevamente en el tapete el problema de la pobreza en Argentina, que se situó en el 12% durante el primer semestre del año, lo que equivale a unas 2.969.000 personas, según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), cuyas mediciones son cuestionadas por economistas, dirigentes de la oposición y empleados del propio organismo».


Colmo del cinismo
Publicado en La opinión 27/10/2010

«En nuestro país, que hay capacidad de producción para 400 millones de habitantes; según organismos de las Naciones Unidas, como la FAO, estamos en incapacidad para alimentar dignamente a 40 millones de personas que vivimos en la Argentina. En algunas regiones del país, el flagelo del hambre se abate implacable sobre los sectores más vulnerables. Uno de ellos es el caso de Misiones donde paradójicamente hay un programa oficial que se denomina “Hambre Cero”; sin embargo es el lugar donde se anotan la mayor cantidad de muertes de niños por inanición. En estos días –gracias a los medios de comunicación- se supo de la muerte de otro niño por falta de alimento, que se suma a otros tres que habrían muerto en los últimos días. Al tomar estado público el deceso, salió enojado el gobernador de Misiones, Mauricio Closs, a declarar que ya murieron en lo que va del año 206 niños en la provincia y precisó que hay 6000 desnutridos, 1000 de ellos de extrema gravedad

«Ante estas muertes evitables, el gobernador no tuvo mejor idea que decir que “Antes del lanzamiento del plan mis asesores de imagen me recomendaron que no me metiera con el  tema de la desnutrición. Yo les dije que no. Que teníamos que salir a buscar los casos más extremos. Si les hubiera hecho caso, hoy tendríamos menos conflictos que ayer”. Es decir, que para el gobernador, el problema no radica en la desnutrición, sino que se sepa y se publique. Por su parte la vicegobernadora, Sandra Giménez, de profesión médica, tuvo un rasgo de sinceridad y manifestó que “la situación nos avergüenza”. Mientras en Misiones los niños se mueren por desnutrición, el gobernador, un radical K, se preocupa por sus asesores de imagen, que por supuesto tendrán sueldos importantes pagados por el presupuesto provincial. Es el colmo del desparpajo y del cinismo. Gobernadores y funcionarios del gobierno que necesitan asesores de imagen, porque deben asumir que la que tienen debe ser muy mala. ¿Acaso no alcanza con ser decente y tener capacidad de gestión que necesitan acicalarse con una imagen que no tienen?»

ARGENTINA | Según un informe de las Naciones Unidas


Nueve millones de niños pasan hambre en Argentina

Los datos que aparecen en el último informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), han dejado perplejos –y avergonzados- a muchos argentinos.

Con un 0.65% de la población mundial, el país produce el 1.61% de la carne y el 1.51% de los cereales que se consumen en el mundo. Sin embargo, en la misma Argentina hay nueve millones de niños que pasan hambre, de los cuales 2.920 mueren cada año por desnutrición.

En una visita guiada a Acuba, un barrio de chabolas ubicado a orillas del Riachuelo, uno de los cauces más contaminados de Sudamérica, los periodistas observamos la siguiente escena: los pobladores extienden una red en el agua; cada tanto la sacan y revisan si han atrapado algún alimento.

"De los basurales que hay junto al río se desprenden restos de comida que la corriente arrastra. Lo que se pesca se lava con lejía para quitar la suciedad y se sirve a la mesa. El médico dice que es malo para la salud. De acuerdo, pero ¿cómo hacemos para que los chicos no lloren porque se les retuerce la panza?", pregunta, retóricamente, Ricky, uno de los 'pescadores' de Acuba.

Aparte de buscar comida, la principal ocupación de las 300 familias que habitan en chozas de madera y chapa es el 'cartoneo': desde muy temprano, los adultos recorren las calles de la capital con sus carros, recogiendo los cartones y los papeles que luego venden a las plantas de reciclaje. "Aquí no ha venido ninguno de esos políticos que reparte la ayuda del Gobierno a los necesitados. Para ellos Acuba es algo que no existe", reflexiona Ricky.

La persona más popular del asentamiento, la que todos invocan sin olvidar el "que Dios lo proteja" es Marcelo Rodríguez, fundador y proveedor único del comedor popular.

"Cada día damos de almorzar a 200 chicos. Antes, con lo que aportaba la Red Argentina de Alimentos (RAA) y con lo poco que yo podía sacar de mi sueldo, servíamos verduras y algo de carne. Ahora con el aumento de precios sólo arroz y patatas", señala Rodríguez.

Igual que la mayoría de las ollas comunes que se organizan en los barrios marginales, el comedor de Rodríguez no recibe un centavo del gobierno. De un gobierno que se dice 'progresista' y que suscribió la carta de 'Objetivos de Desarrollo del Milenio' de la ONU, que establece como prioridad principal, la erradicación del hambre y de la extrema pobreza.

"Que no digan que faltan recursos o que debemos esperar el día en que los ingresos estén mejor distribuidos, para terminar con este escándalo. Sólo en Buenos Aires se arrojan cada día, 12 toneladas de alimentos. Si en vez de confrontar a la Oposición, los políticos del Gobierno dedicasen unos minutos a planear como se aprovechan esos restos, se reduciría ostensiblemente el índice de mortalidad infantil. Pero ellos tienen el corazón de piedra", expresa Atilio Basile, un nutricionista que trabaja para RAA.

Para Juan Carr, dirigente de la organización Red Solidaria, los comedores populares representan una salida de emergencia, no la solución del problema. Carr coordina junto la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad de Buenos Aires, un programa para crear granjas y huertas de cultivo en las zonas más afectadas por el hambre. El objetivo de los promotores del plan es aumentar de 550 mil a 900 mil, las huertas que ya proveen de verduras a los más necesitados.

"Creemos que si el proyecto avanza, para el 2016 el número de hambrientos se habrá reducido a la mitad. Espero que antes de irme de este mundo, en Argentina no haya niños que van a dormir sin probar alimentos sólidos", afirma Juan Carr.                                  


Jaime Bel Ventura

Tomado de Pragmadigital