REFLEXION

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sábado, 11 de septiembre de 2010

11 - S : EL DIA QUE EL INFIERNO ABRIO SUS PUERTAS


11-S: el día en que el infierno abrió sus puertas
“IN OIL WE TRUST”
El 11 de septiembre de 2001 puede ser recordado como el día en que el infierno abrió sus puertas. No solamente a causa de la magnitud de lo acontecido, sino también por la envergadura del engaño a que el mundo fue sometido.
La noticia del impacto de un avión de línea contra los pisos superiores de la torre sur del World Trade Center en pleno corazón de Manhattan, recorrió velozmente el mundo y puso a las cámaras de las cadenas televisivas en situación de mostrar en directo no sólo lo que estaba ocurriendo, sino lo que estaba por acontecer.
Mientras el mundo observaba la densa humareda y se hacía la pregunta lógica (¿accidente o atentado?), a las 9:03 hs. un segundo avión se acercaba desde el mar y se evaporaba dentro de la Torre Norte en medio de una conflagración de kerosene y vidrios que quedó registrada en mil videos para la posteridad.
Velozmente las cadenas de TV reprodujeron informaciones oficiales donde se consignaba que América estaba “bajo ataque", y con inédita celeridad hasta proporcionaban el nombre del responsable del mismo: Osama Bin Laden, líder de una presunta red terrorista denominada Al Qaeda.
Transcurrió el tiempo con conexiones a móviles ubicados cerca del pentágono contra cuyos muros otro avión presumiblemente había impactado; incluso se hablaba de un cuarto avión que supuestamente se dirigía al Capitolio o a la Casa Blanca.
A las 10 de la mañana la segunda torre impactada del WTC de desplomaba como un castillo de naipes ante los gritos de horror de propios y extraños.
Al cabo de unos minutos de perplejidad el guión siniestro llegó a mostrar por algunos minutos a ese famoso cuarto avión hasta que desapareció de las pantallas antes de caer a tierra en Pennsylvania.
Corte y vuelta al WTC donde a las 10:30 hs la primera torre impactada también se desplomaba de similar manera a la anterior.
Al cabo de unas horas de estupor, la faena culminaba con la caída de la Torre 7, un edificio que no había sido alcanzado por ningún avión y que apenas mostraba algunos pequeños focos de incendio.
Hasta aquí la crónica de los hechos en formato “timeline”.
Todo fue un gigantesco engaño y no entraremos aquí en demasiados detalles sobre las pruebas del mismo: son abrumadoras e inundan la Internet.
Para qué hablar de los videos donde se verifican las demoliciones controladas de los tres
edificios, el boquete del pentágono que nunca pudo haber sido producido por un 757, el curioso hallazgo entre los escombros de las torres del documento apenas chamuscado de uno de los árabes sindicados como atacantes, los integrantes de la lista de presuntos atacantes suicidas proporcionadas que fueron apareciendo posteriormente en distintas partes del mundo a decir "yo no fui y estoy acá"; de George Bush mintiendo que vio por TV en directo el primer impacto cuando éste no fue emitido, ni de la periodista de la BBC de Londres relatando la caída del edificio 7 cuando detrás de ella en directo se observaba al edificio 7 aún en pie y faltaban 23 minutos para que se caiga...

El punto es enfocar las consecuencias directas de los sucesos del 11-S.
Los Estados Unidos partieron con sus tropas rumbo a Afganistán para localizar al siniestro Bin Laden; nunca lo encontraron, pero se acordaron que “ahicito” nomás andaba Saddam Hussein que tenía unas peligrosísimas armas químicas y entonces bombardearon e invadieron Irak y encontraron a Saddam durmiendo en un pozo en la tierra. Más tarde unos tribunales muy parecidos a los de Nüremberg sentenciaron y colgaron a un señor muy parecido a Saddam (que tenía varios dobles de rostro) y el resto de este guión clase B el lector ya lo conoce.
Una parte de la realidad dice que la construcción del gasoducto trans afgano permitiría transportar el gas de Turkmenistán hasta el Índico. Nada menos que 20 billones de metros cúbicos de gas que componen la cuarta reserva mundial y cuya realización fue reformulada en 2008.
Otra parte de la realidad dice que Irak era la segunda reserva petrolífera del mundo con 113.000 millones de barriles (y los cálculos americanos estimaban la existencia de otros 220.000 millones a por descubrir) las cuales podrían sostener las importaciones de crudo a los USA por... un siglo.
Cualquier operación militar, es sabido, evalúa la proyección de bajas propias frente a la
importancia del objetivo a conquistar: y si el saldo es favorable, actúa.
El operativo del 11-S dejó poco menos de 3000 víctimas mortales, una cantidad de bajas sumamente moderada teniendo en cuenta el objetivo real.
A 9 años de los ataques del 11-S, 3000 víctimas serán recordadas con los tradicionales honores, ynunca se habrán enterado que no murieron a causa del terrorismo internacional sino por un siniestro acto de servicio patriótico mercantil.

Fabián Ferrante

Tomado de Tribuna de periodistas

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