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viernes, 26 de noviembre de 2010

La muerte de Kirchner dejó al descubierto el sistema de coimas oficial

LAS TRES MARIAS DE LA COSTA

                 UN SISTEMA QUE QUEDÓ AL DESCUBIERTO CON EL CASO JAIME

 

El kirchnerismo creyó haber descubierto la forma ideal para cobrar "estímulos" sin dejar rastros. Hasta se vanagloriaban del "know how" inventado.
Luego del traspié por el caso Skanska, donde quedó develada la forma de trabajar de las usinas de facturas truchas, muy bien explicadas en el libro “El Club K de la obra pública”, del periodista Pablo Abiad, los pingüinos cambiaron su estrategia.
“Todo Cash”, sería la fórmula, según también explicó con lujo de detalles el escritor Jorge Asis en su obra sobre “la marroquinería política”.
Este sistema de corrupción centralizado en la figura de “El dueño” tenía múltiples tabicamientos, pero sólo “él”, (como lo llama la presidenta) sabía cuáles eran los arreglos con las mineras, las petroleras, las concesionarias de servicios públicos, el transporte vial, hídrico y férreo, la pesca, la publicidad oficial, el juego y cuánto negocio por derecha o izquierda usted quiera imaginar.
El método era sencillo. Cómo los K tenían y tienen pavor de las cámaras ocultas, el “marroquinero” privado concurría al despacho de los funcionarios estatales y pedía permiso para ir al baño. En el sanitario dejaba el contenido de su portafolio, sin que nadie se lo reciba.
No había posibilidad alguna de que el agente público quedara escrachado.
Claro, salvo que algún ministro se olvidara la bolsa en el botiquín, como ocurrió con la inimputable Felisa Miceli.
Otra “viveza” santacruceña (lugar frío si los hay), era la concurrencia a baños sauna y turcos, para charlar cara a cara, a “calzón quitado”, literalmente, con los interlocutores que podían ser sospechados de llevar alguna grabadora indiscreta.
Al mejor estilo de la mafia internacional, los spa se hicieron más importantes que los cafés donde tradicionalmente se armaba la rosca.
Con los amigos venezolanos, no hacía falta más que viajar cuatro o cinco horas en avión y arreglar todo “cara a cara”, sin documentos o contradocumentos, como osó “practicar” el molesto embajador Eduardo Sadous, quién recibió un sonoro “shot de cul” cuando tuvo la peregrina idea de redactar un mail acusatorio y distribuirlo por la red diplomática argentina.
Claro, acá también las cosas podían fallar si una imprevisible aduanera como Luján Telpuk decidía abrir las valijas llenas de alegrías bolivarianas o si un asustadizo Guido Antonini Wilson marchaba a Miami para romper todos los códigos de la corrupción y, en combinación con el FBI norteamericano, mandar presos a los propios "cumpas"..
El problema eran los europeos. "Gente jodida esa", pensaban los pícaros funcionarios K.
“No se pueden inventar viajes a España, Francia o Alemania todos los meses”, maldecían los muchachos de la orga.
Aquí no se podía aplicar el sistema de “me da permiso para pasar al baño, señor ministro” o “porqué no nos vemos en el baño finlandés, señor secretario. Hasta el juez federal va a estar presente”.
Lo lógico hubiera sido dejar esas geografías tan estructuradas libres del diezmo real, pero la voracidad de los sureños no tenía limites y, como suelen preguntarse estos chicos malos: “te lo vas a perder?”.
Fue entonces que llegó el principio del fin del kirchnerismo, sin vueltas.
¿Cuánto tuvo que ver con la muerte de Néstor la noticia de que miles y miles de mails de un verdadero impresentable como Manuel Vázquez iban a ser publicados en forma inminente por los dos principales diarios argentinos?
El periodista Roberto García lo había vaticinado al menos tres veces desde su editorial inicial en el programa que tiene en Canal 26, varias semanas antes del desenlace fatal de El Calafate.
El ex Ambito Financiero contó con lujo de detalles cómo sería el calvario K cuando se comenzaran a exhibir a la luz pública cifras de comisiones, lugares de encuentros, fechas de pago y todo lo que constituía una impensable pesadilla para los “vivos” de la Patagonia.
Los alemanes, con su rígida mentalidad prusiana, suelen decir que “la fortaleza de una cadena queda establecida por la poca resistencia que ofrezca el eslabón más débil”.
Vázquez creyó que borrando los miles de mails que envió a diestra y siniestra durante sus años de gloria junto a Ricardo Jaime había solucionado su problema y, por añadidura, los de sus amigos y ex jefes.
El hombre tiene su edad (casi sesenta años) y se ve que conoce muy poco sobre las nuevas tecnologías.
En el otro extremo se ubica el ex presidente norteamericano Bill Clinton quién, como primer mandatario de la potencia más grande del planeta envió sólo dos mails durante sus ocho años de gestión-
Ambos envíos solo decían “testing, testing”.
Difícilmente el marido de la actual Secretaria de Estado hubiera caído presa de WikiLeak, la web de Julian Assange que publicó más de 75.000 documentos secretos sobre la Guerra de Afganistán.y otros 400.000 informes sobre el conflicto en Irak, donde se detallaban los casos de tortura por parte de militares estadounidenses.
“Es el disco rígido, estúpido”, le diría a sus sucesores republicanos y a los pingüinos vernáculos quienes no pueden creer como pasaron de “la gloria a Devoto” en tan pocas horas.

 Marcelo López Masia
Tomado de Tribuna de periodistas

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