REFLEXION

PUEDEN ACUSARME DE HABER FRACASADO; PERO NUNCA DE NO HABERLO INTENTADO

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jueves, 22 de abril de 2010

RESPUESTA A UNA PRIMERA DAMA

Mala manera de empezar un domingo. Son las seis de la mañana y cumplo con mi rutina diaria de recorrer el espinel de mis correos y me topo con las declaraciones de una estúpida acerca de los orientales emigrantes. Parece ser que el síndrome Kirchner se está propagando. Acá tenemos una pareja de delincuentes manejando al país y allá da la impresión que han copiado el ejemplo. Estos son delincuentes que podríamos calificar de económicos, (sólo se dedican al afano), allá se podría decir ideológicos. Y no sé en realidad cual es peor. Volviendo a las declaraciones de esta imbécil, y que me perdonen los imbéciles, ¿ que carajo sabrá acerca de lo que siente quien ha sido condenado a abandonar el pedacito de tierra donde lo parieron?. ¿Qué carajo se imagina que es dejar atrás familia, amigos, afectos, por decisión de otros que tornan la vida imposible y la supervivencia a veces una quimera?. Se nota que los años que ha permanecido junto a su pareja le han contagiado una de sus virtudes: decir estupideces. Todas las opiniones son respetables, pero hay bolazos como éste que se mandó la primera dama que no pueden quedar sin respuesta. Dice muy suelta de cuerpo por ahí que los orientales no tenemos sentido de pertenencia. En buen criollo interpreto que quiso decir que a los que tuvimos que salir rajando nos importa un carajo el suelo natal y todo lo que tenga que ver con el mismo, que por provenir de inmigrantes ha quedado en nuestros genes el deseo de andar por el mundo como eternos nómades sin arraigar en ningún lado. A lo mejor habla por lo que ella siente, (su apelativo no sugiere una ascendencia charrúa precisamente), pero eso no la autoriza a calificarnos a todos por igual. Decía un compañero de laburo, “todas las generalizaciones son erróneas, incluso ésta” y tenía razón. Soy como la gran mayoría producto de la inmigración, descendiente de tanos y gallegos. He andado mucho entre emigrantes, orientales, bolivianos, paraguayos, chinos y coreanos ahora, y muchos inmigrantes; santiagueños, tucumanos, correntinos, etc., y son contados lo que han perdido ese “sentido de pertenencia” al que alude la primera dama y que nos adjudica tan livianamente. Todavía recuerdo la mirada de mi abuela gallega cuando nos cantaba en su idioma natal “ya fuy a Marín, ya pashei u mar, ya coumi naranshas de teu naranshal”, y se notaba que allá en su aldea ,Marín, había quedado gran parte de su alma. Su “sentido de pertenencia” estaba intacto aunque nunca más pudo volver. Y eso sí que me trasmitió con su genes. A lo mejor esa mirada verán mis nietos argentinos cuando escucho a Zitarrosa cantar “ y si sentís tristezas cuando mires para atrás, no te olvides que el camino es pal que viene o pal que va”, aunque para muchos ese camino de vuelta se ha truncado quizás para siempre. O “no te olvides del pago si te vás pa la ciudad, cuanti más lejos te vayas, más te tenes que acordar”. Y eso hacemos la inmensa mayoría de los que andamos penando el exilio por el mundo. Y no sigo porque voy a terminar calentándome más de lo que me permite mi crónica hipertensión y la estenosis aórtica que padezco.
Solamente quiero despedirme deseándote un feliz domingo, (un tarado necesita muy poca cosa para tenerlo), y con todo respeto decirte: LUCÍA TOPOLANSKY, ANDA CAGAAAAAAR.

CHE CACHO
CI 946066
CC BDB 25001

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