REFLEXION

PUEDEN ACUSARME DE HABER FRACASADO; PERO NUNCA DE NO HABERLO INTENTADO

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jueves, 22 de abril de 2010

EN DEFENSA DE CUBA


Posiblemente porque uno de mis ancestros vino a la vida en La Habana, (cierto que en el tiempo en que Cuba era colonia española), y algo del amor por su tierra natal me ha trasmitido, siempre Cuba fue algo especial para mí. O quizás las epopeyas surgidas en su lucha por la libertad que dieron hombres como Martí, Fidel, el Che, Camilo y tantos otros, nombrados o anónimos héroes surgidos de esa lucha, que en mi idealismo juvenil aparecían como gigantes. Pero fuera de lo que es puro sentimentalismo, está el hecho de que como revolucionario siento un deber defender, en la humilde medida de mis posibilidades, su revolución. La primera socialista en nuestra sufrida América. La que ha soportado, soporta y soportará todos los embates que han buscado destruirla en este medio siglo de vida. Desde el puramente militar, (Bahía de Cochinos), pasando por atentados a su economía, (quema de cañaverales, bombas terroristas), el feroz bloqueo que ha querido estrangular económicamente a su pueblo, hasta la propaganda adversa durante todos estos años, intentos todos de quebrar a su pueblo y poner a la opinión pública mundial en su contra. Y en estos últimos días ha arreciado otra forma de terrorismo: el mediático. Centrado en dos puntos fundamentalmente: los Derechos Humanos y la falta de libertad de expresión. Sin entrar en mucho detalle dos rubros que en las democracias occidentales y cristianas apenas si son tinta sobre papel. Ninguna de esas democracias, que hoy se sienten ultrajadas por la tiranía que impera en Cuba, puede mostrar un respeto a los derechos humanos ni siquiera parecido al que impera en la isla. Estos hipócritas nada dicen de derechos como la salud, la educación, el trabajo digno, la equidad social. En sus democracias repletas de libertad, a una gran mayoría de la población le es negada sistemáticamente, y si alguien se anima a recordarles que existen solo puede esperar como respuesta represión también sistemática. Lo mismo sucede con la libertad de expresión. Con el férreo control de los medios que ejercen quien quiera expresar realidades distintas a la oficiales y que salga de los límites establecidos, se condena cuando menos a su desaparición de la escena pública, acusado de delitos contra el estado. Si comparamos el castigo que el derecho prevé para delitos contra la seguridad del estado, por ejemplo, donde se pueda comprobar que se comente el delito con ayuda o en asociación con otra nación, se verá que en la feroz tiranía cubana es más leve que en las libérrimas democracias de otras partes del mundo.
Otro aspecto que no se ha tenido en cuenta ni por los que atacan ni por los que defienden a la revolución cubana, (cuando menos yo no lo visto ni oído mencionar), es la definición de lo que se entiende por dictadura.
Al respecto reza el diccionario de la real academia española:
3. f. Gobierno que, bajo condiciones excepcionales, prescinde de una parte, mayor o menor, del ordenamiento jurídico para ejercer la autoridad en un país.
4. f. Gobierno que en un país impone su autoridad violando la legislación anteriormente vigente.
5. f. País con esta forma de gobierno.

Desde los tiempos de los griegos antiguos,(donde incluso los dictadores podían ser elegidos por el pueblo), inventores de estos sistemas de gobierno que más o menos han llegado hasta nuestros días, hemos vivido de dictadura en dictadura siempre en búsqueda de la democracia. Hasta el vocablo democracia, nacido en la Grecia antigua es usado en forma engañosa, pues se designaba democracia, (demos=pueblo; cracia=gobierno), al gobierno de una clase reducida de ciudadanos ya que el demos lo componía la clase propietaria de la tierra quedando excluidos de esos derechos el resto de la población. Hoy, a pesar de los artilugios electorales, se mantiene el mismo esquema de organización de la sociedad. Los propietarios de los medios de producción siguen ejerciendo el poder real. Lo demás es cartón pintado. Cuando menos los griegos antiguos eran más honestos y sinceros.
Así las cosas, cada vez que se ha producido una revolución, (según una definición, una revolución se produce cada vez que una clase asume el poder y desplaza a la que hasta es momento lo detentaba), se ha desembocado en una dictadura que es ejercida por la clase triunfante en desmedro de las otras clases de la sociedad. Lo único que cambia es quien la ejerce y contra quien se ejerce. Así que la clase en el poder bien puede prescindir de parte o todo del andamiaje jurídico de la anterior dictadura. Todo legal, todo normal. De lo que no puede prescindir, si pretende sobrevivir, es en implementar la represión a cualquier intento de subvertir el nuevo orden, venga de donde venga. Quienes hemos recibido algún garrotazo o aspirado los gases con que nos han obsequiado cuando hemos pretendido protestar por algún derecho conculcado en nuestras democracias sabemos de esas cosas. Recién ahí se manifestado el carácter democrático de la represión, todos ligamos garrotazos y gases. Como toda dictadura que se precie de tal la de la burguesía ha respetado a rajatablas, y en algunos casos los ha hecho más ominosos, los métodos tradicionales. Lo que si ha tenido de diferente esta dictadura es que nos ha educado, (se tomo algunos siglos, pero lo hizo a conciencia), para que creamos sinceramente que vivimos en medio de la libertad más absoluta, y el respeto irrestricto a todos nuestros derechos humanos. Se puede decir sin ninguna duda que esta dictadura, tomando todo el curso de la historia como referencia, es la dictadura del engaño perfecto de modo que realmente pensamos que es esto o el caos, la barbarie o la nada. Y eso mete miedo. Todas las opciones que ofrecen los burgueses están basadas en el miedo.
Ahora la pregunta del millón. ¿Hay una dictadura en Cuba? Sin ninguna duda SI. Si admitimos que ha habido una revolución, (una clase fue desalojada del poder por otra), tenemos que, dados los términos históricos, admitir que la dictadura de la burguesía en Cuba ha sido sucedida por la dictadura del proletariado. Asi de simple, así de sencillo. Con sus matices, con sus particularidades es cierto; con errores a corregir y con aciertos a profundizar, pero poniendo al hombre como artífice y destinatario de sus resultados. Aunque hay veces que sus defensores a ultranza no lo dicen, bien porque no se han dado cuenta (¿) o porque no quieren asustar a otros pueblos dado el giro que los burgueses han dado al concepto de dictadura para disfrazar su propia dictadura.
De modo que Cuba está perfectamente habilitada para reprimir y castigar convenientemente a toda persona u organización que quebrante sus leyes sin que nadie pueda alegar nada en su contra, máxime que como señalé antes, los mismos delitos tienen penas mucho más severas en los países donde impera todavía la dictadura de la burguesía.
Mientras la sociedad siga dividida en clases no hay otro sistema de gobierno posible que la dictadura. Justamente el socialismo con su dictadura correspondiente está llamado a ser la última dictadura pues en sus principios está la tarea de eliminar todas las clases sociales constituyéndose de esa forma en la última dictadura que hemos de sufrir abriéndole camino a la sociedad comunista donde será posible el goce pleno de todos los derechos humanos.
Si comparamos los logros que han significado para los pueblos los doscientos y pico de años más o menos de dictadura de la burguesía con todos los recursos naturales disponibles de todo el planeta, con los conseguidos por la dictadura del proletariado, versión Cuba, en apenas 50 años con casi ningún recurso natural y encima soportando ataques de todo tipo, veremos con claridad y objetivamente cual de las dos dictaduras nos conviene como pueblo, como seres humanos.

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