REFLEXION

PUEDEN ACUSARME DE HABER FRACASADO; PERO NUNCA DE NO HABERLO INTENTADO

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jueves, 22 de abril de 2010

ARMAGEDDON - SEXTA PARTE


En este capítulo trataré de describir algunos de los métodos que usan, o pueden ser usados por quienes propugnan el gobierno mundial, elemento estratégico es la instalación del Nuevo Orden Mundial (NOM), para reducir la población mundial a niveles que ellos consideran necesario para mantener funcionando con beneficios económicos al sistema capitalista. Este sistema, por sus propias leyes naturales está ya al borde del colapso y desaparición abriendo el camino a la instauración de un nuevo sistema económico que traerá aparejado un salto cualitativo en la sociedad, tal cual lo prevé la teoría del materialismo histórico. El tiempo en que se desarrolle este proceso dependerá de la acción de los distintos sectores sociales, especialmente los perjudicados por el sistema imperante, que de no encontrar freno a su accionar, puede, en el colmo de su irracionalidad en la búsqueda del beneficio económico, llegar al extremo de liquidar a la raza humana.
La población actual según datos de la UN y de la Oficina del Censo de los Estado Unidos, (USCB), alcanza, en números redondos, los 6.380.000.000 de seres humanos. Esta misma fuente, (USCB), en su proyección para el año 2050, la sitúa en 9.000.000.000.
La élite que se ha autoelegido para integrar el Gobierno Mundial, estima que para ese mismo año no debe sobrepasar los 500.000.000. De ese frío cálculo se desprende que estarían “sobrando” 8.500.000.000 de seres humanos. Cuesta imaginar un genocidio de esa magnitud. El máximo registrado en la historia se le achaca al nazismo, pero su magnitud resulta irrisoria frente al que se planea por parte de los representantes del NOM. Visto así, globalmente, solo se nos ocurre que podría realizarse mediante un holocausto nuclear. Pero ello llevaría implícito la destrucción de toda la especie humana, incluidos los genocidas. Suena irracional como todo suicidio, pero dada la irracionalidad demostrada hasta ahora por quienes integran esa elite, no habría que descartarlo totalmente. Dejando de lado esa posibilidad tremendista y observando con detenimiento la realidad podemos afirmar que ese genocidio ya está en marcha. Sin que nos demos cuenta. Ocupados como estamos por la cotidianeidad de sobrevivir al momento, poniendo nuestros esfuerzos en luchar por resolver problemas coyunturales, que muchas veces son provocados por maniobras de diversión de esta élite, educados como hemos sido para ver nada más que la inmediatez y lo puntual como parte de ese plan de dominación, no oponemos resistencia y en algunos casos hasta somos eficientes colaboradores sin saberlo. Así, libres de toda resistencia, pueden ejecutar su plan con total tranquilidad e ir probando distintos métodos. Los eugenésicos forman parte de esa batería.
La definición del diccionario de la Real Academia para el término eugenesia es: aplicación de las leyes biológicas de la herencia al perfeccionamiento de la especie humana. Esta disciplina, para algunos ciencia, ha despertado muchas y serias polémicas dependiendo de quien la interprete o de quien la aplique siguiendo tal o cual criterio. No es la intención de este trabajo ocuparse de esas polémicas. Apenas daremos un breve pantallazo para considerar cuanto influye como método en este plan genocida. El origen del término, (Del gr. εὖ, bien, y - génesis), alude a que el recién nacido no debe presentar ninguna anomalía física que lo diferencie del resto. Se dice que los espartanos, de aparecer un ser con estas características lo arrojaban desde un risco al mar para preservar la pureza de la especie. Se dice además que de todas formas los recién nacidos normales físicamente, eran puestos a la intemperie por un tiempo prudencial sin brindarle ningún tipo de cuidado. Obviamente los que sobrevivían a esa suerte de selección natural, eran considerados seres aptos para conservar la especie.
La idea de la selección natural en épocas modernas, la impone C. Darwin a partir de sus teorías de la evolución de las especies, donde sobrevivía el más fuerte o apto. Sus seguidores han asimilado esta teoría a la especie humana, y a partir de ahí se ha prestado a diferentes interpretaciones y aplicaciones. Algunas encaradas desde un punto de vista estrictamente biológico, otras con consideraciones puramente racistas, reclamando la pureza racial como atributo de una etnia específica, y ambas chocando con principios éticos. Temas como la planificación familiar, la legalización del aborto, el uso de preservativos, catapultado al primer plano con la excusa del sida, (enfermedad que ya se discute y se presume que es otra pandemia inventada), o las diferentes formas de anticoncepción que se promocionan y ocupan porciones importantes de los presupuestos de los países y de la UN, son medidas eugenésicas presentadas como indispensables para el desarrollo de algunas regiones del mundo, sobretodo las más perjudicadas y marginadas por el sistema.
Se suman a ello los tremendos avances que registra la genética en cuanto a la manipulación de genes en humanos que podría crear seres de determinadas características obviando la tarea de la naturaleza. Todo esto usado con el camuflaje de los posibles adelantos que significaría el tratamiento o erradicación de enfermedades que hoy por hoy son un flagelo para la humanidad, cosa que también es cierta, pero que no es la prioridad para este grupo genocida.
El método tradicional de la guerra también ha sufrido algunas variantes. Ya es impensable una guerra mundial, otrora usado para depurar población y reciclar al sistema a partir de la destrucción de bienes que había que reponer, dada la proliferación de los armamentos nucleares que han dejado de ser exclusivos de las grandes potencias. Ahora se opta por los llamados conflictos de baja intensidad que, aparte de mantener ocupado al sector de la producción de todo tipo de armas, cumple el doble rol de eliminar población y conseguir por la fuerza fuentes de materias primas indispensables. Desde el agua al control de la producción de drogas, (usadas no sólo como fuente de ingresos fabulosos sino como otro método eugenésico), todo es apetecible y nada es despreciado por el NOM, para conseguir sus fines.
Un capítulo aparte merece la aparición en escena de un nuevo tipo de armamento: las armas geofísicas. Capaces de manejar el clima en cualquier parte del mundo y usarlos contra los potenciales enemigos, y comparados con ataques convencionales, casi sin costos, tanto económicos como en vidas de soldados. De una potencia que raya en la ciencia ficción, son capaces de liquidar cientos de miles de seres humanos en un segundo. El terremoto de Haití según los especialistas fue una muestra, así como los aproximadamente trescientos movimientos telúricos que se produjeron en la zona en esas semanas, incluido el que devastó a Chile. El sonado caso del huracán Katrina, el Tsunami que sacudió el sudeste asiático son otras tantas muestras del poder destructivo de un arma que usada tal como la concibió su inventor, el sabio N. Tesla, habría aportado a la humanidad ingentes beneficios tales como energía gratuita para todo el planeta sin tener que recurrir a fuentes contaminantes como el petróleo, o la siempre riesgosa energía nuclear. El proyecto HAARP, que se esta comenzando a nombrar a raíz de todos estos desastres climatológicos, su contrapartida rusa , el proyecto SURA, más otras instalaciones que se están descubriendo desparramadas por todo el planeta, la mayoría seguramente integrando alguna de estas dos redes, forman parte de ese arsenal hasta ahora desconocido por la mayoría de los habitantes del planeta. Artefactos que no sólo tienen importancia militar fundada en su poder destructivo, sino que son capaces de influenciar la conducta humana a través de sus emisiones de baja frecuencia en resonancia con la frecuencia del cerebro. El control mental de la población es otro de los grandes objetivos del NOM. Han estado trabajando, hasta donde se conoce ahora, durante los últimos 40 o 50 años experimentando especialmente con los medios de comunicación masivos en busca de condicionar para luego manipular el pensamiento y las acciones de los seres humanos.
La contaminación ambiental, la guerra bacteriológica constituyen otros métodos usados con el mismo fin: disminuir la población a los niveles por ellos calculados y ejercer adecuado control sobre los sobrevivientes.
Cualquiera de estos métodos ameritan un desarrollo más profundo, pero reitero que, primariamente sólo está presente la intención de difundirlos y generar un adecuado debate alrededor de los mismos y las intenciones de quienes los están usando. De lograrse esos objetivos habrá valido la pena la tarea.

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