Elegí el tema no porque crea que es el más importante ni el más acuciante que nos aqueja, antes bien, dada su difusión por los medios y el hecho de que para nosotros llega a significar un hecho de supervivencia muchas veces, aparece como el más significativo, aunque enmascara perfectamente a los otros.
Además porque pienso explicar la situación global del desquiciamiento de la sociedad a través de un método racional y al que no he visto usar hasta ahora, ni siquiera por quienes debieran tenerlo presente. El mentado método es el materialismo dialéctico y su directa consecuencia de aplicarlo al desarrollo de la Historia del género humano, lo cual ha dado origen al materialismo histórico.
Por suerte, o por desgracia, no he sido catequizado en esta materia, y todo lo que sé y conozco lo elaboré con mi cabeza. Va de suyo que hubiera sido imposible sin la ayuda y la guía de los clásicos. Politzer, Marx, Engels, Lenín, Trotsky, solo por citar los más conocidos. A no creerse que soy de una inteligencia superior a la normal. Apenas puedo jactarme de haber tenido maestros que me enseñaron a usar de motu propio la sesera, aún descontando que eso produciría seguramente alguna falla y terminara pensando y diciendo algún macanazo.
Hecha la advertencia, trataré de explicar lo más claro que me sea posible, el tema en cuestión.
Todas las sociedades humanas por lo menos las conocidas, tienen un esquema de funcionamiento casi idéntico. Están basadas en el proceso económico que usan los hombres para apropiarse de los medios que le ofrece la naturaleza para su desarrollo como raza. La manera de conseguir esa apropiación es, por supuesto, a través del trabajo que el hombre consume para lograr ese fin. Este esquema puede ser válido hasta para los animales, en tanto que asegura de algún modo su conservación como especie. A esto se le denomina, básicamente la infraestructura, el basamento de toda sociedad conocida al menos. Como puede verse es puramente económica. Es solamente conseguir un beneficio a través de la aplicación de un trabajo.
Pero sucede que, la raza humana ha logrado desarrollar en un grado superior, una víscera fundamental: el cerebro. Allí es donde se producen las ideas, se almacenan conocimientos adquiridos por otros seres humanos, lo que les permite tener una experiencia, que a su vez usa para que , la idea básica de apropiarse de la naturaleza y dominarla en su beneficio, sea más fácil y productiva mediante el desarrollo de nuevas tecnologías y la añadidura de conocimientos que a su vez determinarán nuevas tecnologías en lo que se conoce como relación dialéctica; es decir una conduce necesariamente a la otra y de esa forma constituyen un proceso. Ahora bien, a la par que se conciben ideas para mejorar la producción, el hombre comienza a pensar también para que y para quien produce. Eso comienza a generar ideas más abstractas por lo que llamamos a esta parte la superestructura ideológica, que viene a explicar el porque del uso de la infraestructura económica a los integrantes de la sociedad toda. Todo esto es dicho en una forma muy, muy esquemática, como para dar una somera idea de cómo entendemos que funcionan las cosas en nuestra sociedad. Quien quisiera profundizar en el tema tiene infinidad de lugares y autores a quienes recurrir, obviamente más autorizados que quien escribe estos humildes párrafos.
Ahora bien, todas las modalidades de sociedad basadas en este esquema, (los estudios de Marx han demostrados que son las sociedades conocidas hasta el momento), tienen un desarrollo y un destino común. Nacen con el propósito ya mencionado de adueñarse de los beneficios de la naturaleza, desarrollan un modo productivo de hacerlo, en el cual empeñan los mejores medios de producción de que disponen de acuerdo a su tecnología y conocimientos, (la infraestructura económica), y construyen una modalidad de pensar de donde sacan ideas para mejorar la forma de producir y a la vez desarrollan ideas que den justificación a como, para que o para quien lo están haciendo, (la superestructura ideológica). Estos dos elementos están indisolublemente y dialécticamente unidos; no pueden existir uno sin el otro influenciándose continuamente. A partir de ahí crecen, se desarrollan y mueren para abrir paso a una nueva sociedad que mejore la condición de la especie.
No voy a meterme aquí a explicar como se ha desarrollado la historia hasta nuestros días. Es largo, tedioso y excede largamente la finalidad de estas líneas y puede alejarnos de las conclusiones a las cuales pretendo arribar con este enfoque.
En nuestros días estamos viviendo en una sociedad a la que hemos llamado capitalista, pues toda la infraestructura económica está dedicada a la producción de capital y más que nada a su acrecentamiento y reproducción. Sucintamente podemos decir que es una sociedad injusta pues al estar dividida en clases sociales agrupadas según la propiedad de los medios de producción, sólo una pequeñísima parte de ella, que ha logrado hacerse con esa propiedad, explota el trabajo de la inmensa mayoría en su provecho; llegando a la depredación de esa naturaleza que, originalmente debía dominar para sustento de toda la sociedad. Y la única fórmula que respeta a rajatabla es la de costo-beneficio.
Cuenta para ello cono una superestructura ideológica muy desarrollada y cada vez más sofisticada, (medios de comunicación, sistemas de educación, religiones, etc.) que logra que las grandes mayorías todavía no hayan logrado tener conciencia clara de los peligros que enfrentamos y enfrentaremos en lo sucesivo hasta que esta sociedad se destruya, (por si misma o porque la raza humana en su conjunto haya adquirido algún nivel de conciencia que le permita ver esos peligros), y haga nacer una sociedad más justa.
De esas dos posibilidades depende cuan larga será la agonía de toda la especie. Es imposible calcular en término de años cuanto durará esa agonía. Lo que es seguro es que será mucho más corta si la humanidad, habida cuenta del nivel de conciencia que adquiera, la destruye antes de que su fin sea el natural.
Y aquí vamos, por fin, al tema del título de la nota. La idea es que, al estar desquiciada y corrompida la base económica de la sociedad, (los últimos acontecimientos lo demuestran casi sin discusión), la superestructura ideológica, que sigue dialécticamente todos sus procesos, también se corrompa en el mismo grado. Y se pongan de manifiesto cosas, que en tiempos más prósperos no se notaban tanto. O no existían. Ahora todo, prácticamente todo nace o tiene que ver en actos de corrupción. Del mismo modo en que ya no hay margen para desarrollar la economía si no es fraudulentamente, es imposible mantener siquiera una fachada moral, antes posible. Y entonces vemos como los políticos corruptos, (todos lo son hasta que demuestren lo contrario), usando la superestructura ideológica, en este caso los partidos políticos, (todos ellos), se hacen del mando y por ejemplo emiten bonos de deuda que no valen ni la tinta con que fueron impresos y retiran dinero contante y sonante(, del poco que anda por ahí todavía fruto del trabajo del pueblo). O directamente se afanan la guita al mejor estilo ru-fu-fu. Y si alguna vez esto llega a oídos de la ¿Justicia?, esta se las ingenia, o porque va algo en la mordida o porque saca algún tipo de prebenda a cambio, para ignorar o sobreseer al delincuente disfrazado de político. Tudu bon, tudu legal.
Mientras en la otra punta de la escala social, los delincuentes creados por el sistema económico, (jóvenes sobretodo), a quienes se les niega sistemáticamente educación, salud, trabajo, afectos que lo contengan, perdidas ya todas las fronteras que tuvimos en otros tiempos, te matan por el escaso tesoro de un par de zapatillas y un celular.
Intrínsicamente, el delito es el mismo. Son apenas dos versiones diferentes. Y yo calificaría al primero de más peligroso. Afecta a todo un pueblo. El segundo es personalizado. Afecta a personas con nombre y apellido. Pero que tiene mucha más prensa, que moviliza mucho más a la gente que es bombardeada diariamente y por largas horas con el tema por los medios. Al otro te lo disfrazan con terminología académica y si no entendés como funciona el sistema, ni siquiera lo mirás.
Sobre el delito de los políticos y funcionarios se habla poco, y si se llega a hablar, te lo envuelven de manera que no entiendas ni jota.
Sobre el otro se gastan ríos de tinta y horas de TV. (hay un canal que de tanto en tanto trasmite el cortejo fúnebre incluído como si fuera una carrera de F1), tratando de exacerbar al público, naturalmente dolido para provocar el tipo de respuesta que ellos,(los que mandan y hacen posible esa forma de vivir y delinquir), quieren. Y ahí se anotan como gusanos en una bichera todo tipo de imbécil. Pidiendo justicia,(que nunca llegará), los mas quedados; manos duras, manos más duras, penas de muerte directa los más exacerbados. Y luego llegan los más intelectuales con sus diagnósticos de escritorio. Sociólogos, expertos en temas de seguridad, sicólogos de pacotilla, psiquiatras más locos e imbéciles que sus pacientes. Etc. etc., etc.
Y todos, absolutamente todos, intelectuales o no, siguiendo la consigna del sistema. Meen todo lo que quieran al árbol, pero no permitan que la gilada se de cuenta de que atrás hay un bosque. Porque ahí está la raíz de todos los problemas que nos aquejan, no sólo el de la inseguridad, apenas uno entre tantos. Porque ese bosque es el sistema mismo que nos alimenta a todos los corruptos y debe durar lo más posible. Y es ahí donde debemos llegar y limpiar de toda rama podrida.
¿Utopía?. No. Las utopías son imposibles. ¿Esperanza?. Mucha. Sin ella casi nada es posible.
¿Fe?. Seguro. La biblia dice más o menos que la fé es la confirmación de que hay cosas que si bien no vemos, ahí están. Ahí está pues, seguro el día que entremos al bosque y podamos ver todo lo podrido y corrupto que ha acumulado la historia y renovemos la esperanza en un mundo mejor para nuestra descendencia.
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