13 / 05 / 2009
Investigacion
KIRCHNER TRAMITÓ CIUDADANÍA ALEMANA
EXCLUSIVO: EL PLAN DE FUGA DE LOS PINGÜINOS
A poco de abandonar el gobierno y colocar a Cristina como su “Chirolita” en la Casa de Gobierno, Néstor Kirchner comenzó los trámites para obtener la ciudadanía alemana, un proceso ya concluido y que hace al primer candidato a diputado nacional por la provincia de Buenos Aires como un hombre con doble ciudadanía, su originaria argentina y su adoptiva alemana.
Hijo de un descendiente de alemanes —Néstor Carlos, ex funcionario de Correos y conocido como el gran usurero de Santa Cruz—, la ascendencia paterna le confiere el derecho de adoptar la ciudadanía de sus ancestros y así poder ser miembro de la Comunidad Europea.
El detalle no es anecdótico ni un reconocimiento del ex Presidente a la tierra de su familia paterna. La ciudadanía alemana la usaría para refugiarse en ese país, al igual que hizo Fujimori en Japón cuando destituido del gobierno, fue acusado por múltiples casos de corrupción. Es cierto que ahora que Fujimori fue condenado en Perú a unas cuántas décadas de cárcel después que Japón desistiera de proteger a uno de sus súbditos múltiplemente acusado en los juzgados de Lima, es lógico suponer que la ciudadanía alemana sólo le permitiría a Néstor Kirchner dilatar su extradición en el momento que un futuro gobierno lo lleve a la Justicia acusado de innumerables casos de corrupción y hasta narcotráfico, si avanza en el futuro la investigación de la causa de la aerolínea Southern Winds, transportadora oficial de cocaína del entonces Presidente y su séquito.
Y si también se insiste en la Justicia en el homicidio del empresario pesquero de Santa Cruz Raúl “Cacho” Espinosa, muerto por un sicario presuntamente de la ETA protegido por Néstor K., la situación se tornaría mas grave aún y difícilmente el gobierno alemán se atreva a proteger a un ex Presidente que adoptó la ciudadanía germana no por amor a sus antepasados sino para defenderse del “Nunca mas” a que se deberá atener el kirchnerismo cuando abandone el gobierno.
La tramitación del Néstor K de la ciudadanía alemana no fue un rumor surgido de cualquier usina informativa o desinformativa. Se la contó a su séquito de amigos y subordinados Rudy Igor Ulloa cuando hace un tiempo entró en cortocicuito con su viejo jefe y amigo, a raíz de un dinero que el ex Presidente no le autorizaba retirar de algunas de las muchas cajas negras que maneja el gobierno. Ulloa se alteró en demasía por los compromisos asumidos con terceros y en una rueda de amigos confió una discusión muy fuerte que habría mantenido con el ex Presidente, a quien le habría reprochado que mientras él pensaba refugiarse en Alemania cuando le llegase la hora final, el resto de su cofradía presentaba un destino incierto, aunque muchos terminaran de una u otra forma en la cárcel.
En ese entonces (mediados del año pasado), Rudy Ulloa produjo algunos movimientos sospechosos. Se mudó a un country de Pilar, vendió muchas de sus propiedades y envió pertenencias valiosas a Punta Arenas, Chile, su lugar de origen.
Ulloa argumentó entonces que se estaba divorciando, pero su movimiento sonaba más a una huída anticipada que a evitar un reparto de bienes en plena disolución conyugal. Ya finalizada la crisis del campo con la derrota del kirchnerismo en el Congreso por la Ley de Retenciones, Ulloa avizoró que la caída del gobierno era inminente y quienes estuviesen involucrado en causas que pudieran llevarse a la justicia tenían que preparar la retirada con el mejor orden posible.
Alguien le preguntó entonces si “Cristina también se refugiaría en Alemania”, y Ulloa respondió que no, pese a ser una incógnita el futuro de la actual Presidenta cuando abandone su mandato. Desde ya, se sabe que odiaría vivir en Cuba, y que tampoco la Venezuela de Chávez le viene bien. “Pero Alemania, nunca”, habrían sido entonces las palabras de Cristina frente a la posible radicación con su marido en el país germano.
En aquellos días —vale recordar que el deterioro de los K aún no había avanzado a niveles tan pronunciados como ahora—, después de la derrota frente a “La 125”, se hablaba de un plan de fuga frente a la crisis institucional más o menos programado.
Mientras Néstor K preferiría sembrar un caos institucional y retirarse al estilo De la Rúa, pero victimizándose de la misma crisis que él pergeño, algunos a su alrededor prefirieron aconsejar una movida de piezas menos traumática.
Por caso, una renuncia conjunta de Cristina pero también de Julio Cobos, una asunción provisoria del gobierno de José Pampuro, un retiro de la Gobernación de la Provincia de Daniel Scioli para que tome su lugar Alberto Balestrini.
En el kircherismo suelen definir la confianza que le tienen al gobernador motonauta de la siguiente forma: “No hay que perder de vista que Daniel Scioli es tanto un genuflexo serial, como un traidor compulsivo... así que dejarlo con poder en la provincia no es para nada seguro para los K.”
Las próximas elecciones —si se llegan a realizar— definirán mucho el futuro de ese plan de fuga de los pingüinos para el tiempo que les llegue a ellos también el “Nunca Mas”.
Lo cierto e indubitable es que ya Néstor Kirchner pronostica un sombrío futuro, que hasta tanto le llegue la extradición, la pasará seguramente en las cervecerías alemanas haciendo uso de la ciudadanía que recientemente adquirió.
Lo decía Jorge Porcel: ¿No es fino?
Jorge D. Boimvaser
Especial para Tribuna de periodistas
No hay comentarios:
Publicar un comentario