La salida a la superficie del asunto de los medicamentos truchos ha hecho volar por los aires la tapa de esta gigantesca cloaca que, por obra y gracia de los Kirchner, ha incrementado su caudal en progresión geométrica, y ahora se ha desbordado. Porque, ojo, ellos no han sido los gestores y creadores de esta cloaca en la que estamos metidos. La historia de la misma se remonta, y existen constancias históricas, al tiempo cuando no éramos más que simples colonias españolas. Fueron ellos quienes justamente nos trajeron ese modus operandi y su correspondiente modus vivendi y en el “choque de civilizaciones”, (al decir de un estúpido intelectual de renombre), se impuso su barbarie metodológica. De ahí en más quienes sucedieron a los conquistadores, no han hecho más que perfeccionar hasta la exquisitez esa cultura de la corrupción que nos legaron, aparte de la esclavitud y las enfermedades desconocidas para los habitantes originarios de estas tierras. Y que todavía “festejamos” el 12 de octubre con una estupidez que nos provee la ignorancia de la historia verdadera.
Pero volviendo al tema de los medicamentos, que no es de ahora sino que hace muchos años que se viene desarrollando con total “normalidad”, ha resultado ser como la pieza que termina de armar un siniestro rompecabezas. Porque a partir de ese hecho, terrible y aberrante por sus connotaciones, ha comenzado a salir a la luz un entramado delictivo y de corrupción generalizada que dejó al desnudo desde cual ha sido el financiamiento de la campaña de la Kretina y sus conexiones con el narcotráfico y el lavado de dinero, producto no solo de éste sino de cuanto negociado espurio se ha cometido y se comete por la bandas de delincuentes que han sojuzgado a este bendito país, entre las cuales la de Kirchner se lleva las palmas. No sólo por el volumen y la diversidad enorme del latrocinio y el consiguiente volumen de corrupción que se requiere para llevarlo a cabo, sino porque ahora lo publican hasta en documentos oficiales como la declaración de bienes de la pareja imperial. Y todos los días nos desayunamos con algún hecho nuevo donde negociado y corrupción van de la mano. Enumerar todos y cada uno llenaría varios volúmenes de enciclopedia, dado que la red de complicidad e impunidad mancha a todos los estamentos de la sociedad. Políticos,(gobernantes o no, de izquierda o de derecha), jueces, legisladores, dirigentes sindicales, funcionarios públicos, industriales, comerciantes, productores agropecuarios, todos con su respectiva etiqueta colgada al cuello con su precio en este supermercado de la corrupción tan bien instalado.
Lo triste del caso es que no se vislumbra,(tampoco se cree dada la experiencia histórica), que se haga aunque sea un chiquito de justicia y alguna vez alguien pague por lo que hizo. Ni siquiera los perejiles que, cada tanto, son ofrecidos en holocausto para desviar la atención del pueblo. Un pueblo que ni siquiera se plantea que hacer para terminar con este estado lamentable de cosas, ni siquiera cuando es el que sufre, en última instancia, todas las consecuencias. Y que asiste paciente e indolentemente a su destrucción como sociedad, a pesar de algunas explosideones esporádicas, pero que al no estar enmarcadas en un plan para terminar con estos vicios, no trascienden más allá del ruido y los fuegos artificiales del momento.
CHE CACHO
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